Hemos llegado a la segunda parte de este artículo sobre cómo editar y corregir un escrito.
Espero que hayas puesto mucha atención a la primera.
Admite que ya querías seguir leyendo esta lista enorme de consejos. Estoy segura de que te serán muy útiles.
Y como yo también estoy ansiosa por compartírtelos, ¡comencemos!
Te prometo que no te aburrirás para nada.
Revisa cuántas veces aparece el error
Un error específico puede repetirse a lo largo del documento, por lo que para erradicarlo completamente, es mejor que escribas esa palabra o frase en el buscador y la corrijas todas las veces que aparezca.
Edita en la pantalla y luego revisa en papel
Una pantalla de computadora presenta una barrera para la corrección de textos.
Por alguna razón, nuestros ojos y cerebro no notan tan bien las letras y palabras en la pantalla, pero en la página impresa, los errores sí saltan a la vista.
Ya que es muy complicado hacer todo el trabajo de corrección en papel, lo mejor es realizar solo la última ronda de ese modo para visualizar las fallas que se escaparon de tu vista en la computadora.
Lee tus oraciones en orden inverso
La captura de errores puede ser un reto si ya has leído el documento varias veces. Eso es porque tu mente anticipa lo que viene a continuación.
Un truco para encontrar una nueva perspectiva y ver las oraciones nuevamente es invertir el orden: lee la última oración primero, luego la penúltima y así sucesivamente.
Revisa tus frases lentamente
Al corregir, hay una tendencia a precipitarse cuando sientes que estás cerca de terminar, pero ese es un error. A pesar de que vislumbras el final, es importante leer lentamente.
Eso significa ver cada palabra, digerir cada oración. Considera revisar las líneas dos veces para estar seguro porque cuando tu vista y tu cerebro están cansados, los errores tienden a escabullirse.
Busca un tipo de fallo a la vez
No corrijas intentando encontrar todos los errores a la primera. Es difícil para el cerebro recordar una larga lista de categorías de equivocaciones mientras vas leyendo.
En su lugar, haz varias rondas de revisión al documento. Por ejemplo, podrías elegir revisar solo errores gramaticales, de puntuación o de formato.
Este enfoque mantiene tu mente orientada. Si buscas cada error posible en un paso, es más probable que pases desapercibidos varios de ellos.
Comienza con los asuntos grandes
Evita revisar la ortografía o cambiar las oraciones al comienzo del proceso de edición.
Esos micro aspectos de la escritura se deben repasar solamente después de que hayas tomado cuidado de la materia grande.
Las cosas grandes pueden ser la trama, la caracterización, el argumento, el orden, etc.
¿Por qué gastar tiempo con una palabra mal escrita cuando puedes terminar eliminando el párrafo o reformulándolo completamente?
Las notas de pie de página también necesitan amor
En trabajos académicos, como una tesis, las notas de pie de página y las notas finales se desvían al fondo de la página o al final del documento.
¿Alguien realmente las lee?
Es probable que solo los especialistas más hardcore les pongan cuidado, por eso es suficiente asegurarse de que están correctamente escritas.
Dado el tamaño de fuente pequeño (normalmente 9 o 10 puntos), pueden ser difíciles de corregir, así que lo ideal hacer zoom al documento para ver las letras más grandes.
Haz una lista de elementos para revisar
Esta es una larga lista de consejos y seguramente olvidarás muchos de ellos durante el proceso de edición.
Por ello es importante tener una lista de elementos a verificar. Cuando los vayas comprobando, añade una marca para destacar los que has comprobado, de modo que no se te escape ninguno.
Desactivar la justificación
Al editar y corregir, desactiva la función de justificación en tu procesador de textos, ya que te impide ver los espacios que están de sobra ni las líneas como entidades únicas con longitudes únicas.
Utilizar una regla para corregir
Nuestros ojos a veces pierden la pista de dónde estamos en la página, y vemos otras frases en nuestro campo visual. Es entonces cuando es útil usar una regla.
Colócala debajo de la oración que estás corrigiendo para que tengas un enfoque perfecto en esas palabras.
Prueba con un software diferente al editar
Microsoft Word es un procesador de texto estable y clásico. Pero tal vez necesitas ver tu documento en una luz diferente. Es entonces cuando un procesador de texto no lineal es útil.
El mejor es Scrivener. Scrivener te permite escribir en trozos y luego mover los trozos en torno a un mejor orden, lo cual es ideal para la edición de grandes cuadros. Y esto es solo una de sus muchas características.
Lee de nuevo tus cambios
Lo peor que puedes hacer cuando escribes cambios de edición o corrección es agregar nuevos errores.
Por lo general, estos son errores tipográficos que se producen cuando nuestros dedos pulsan las teclas equivocadas. Si no tenemos cuidado, podemos pasar al siguiente cambio sin notar el nuevo error.
Lee sílabas, no palabras
Las palabras más largas tienen tres o cuatro sílabas.
Es fácil para tus ojos saltarte algunas, comprimiendo la palabra, y pasar desapercibidos algunos errores (por ejemplo, una letra en el centro de la palabra).
Entonces, en las palabras más largas, ralentiza y lee cada sílaba. De esa manera verás si todas están correctas.
Estas sugerencias de nivel macro te ayudan a conseguir una escritura ordenada antes de asistir a los detalles más finos.
Indica la ubicación desde el principio
En la escritura de ficción, hay un concepto de localización.
Asegúrate de que tus historias ubican al lector inmediatamente: indícales dónde están los personajes. Si estos empiezan a hablar sin contexto de localización, el lector se sentirá confundido.
Es lo mismo con la escritura académica. La gente quiere saber el propósito del escrito con bastante rapidez. Bríndaselo de inmediato.
Sé cuidadoso con la introducción
Con casi cualquier introducción en cualquier tipo de escritos, es necesario atraer al lector de inmediato.
Si encuentras que tus introducciones son de las que se desarrollan gradualmente en el tema, dibuja al lector una declaración provocativa en la primera oración o dos.
Investiga más
Al corregir un documento de investigación, puede ser que te encuentres con una sección que no está desarrollada por completo.
La salida fácil es decir al lector: “Para saber más, debe examinar X, Y o Z.” Pero ¿por qué no tratar esos tú mismo?
Es cierto que requerirá investigar más, pero vale la pena.
Asegúrate de que el documento tenga una columna vertebral
Una espina dorsal en la escritura es un elemento que unifica todos los párrafos del documento, es la espina dorsal que lo sostiene.
La columna vertebral podría ser un argumento en un trabajo académico o en una novela. Ayuda a decidir qué incluir y qué excluir.
Sin una espina dorsal, los documentos académicos y las novelas se convierten en colecciones aleatorias de la investigación y de argumentos.
Asegúrate de que todo lo que escribes está alineado y sostenido por la columna vertebral.
Elimina las partes que no funcionan
Recortar un escrito es desafiante porque a menudo nos aferramos a lo que hemos redactado.
Creemos que nuestro fraseo es grande o nuestras ideas no tienen precio. Pero los lectores objetivos pueden estar en desacuerdo.
No fuerces las frases o las ideas en tu escritura cuando no caben absolutamente en el argumento o la corriente del pensamiento. Elimínalos y considéralos la chispa para una nueva pieza.
Revisa si el tono es consistente
El tono es difícil de describir, pero está relacionado con tu enfoque como escritor.
Algunos escritores confunden a los lectores al combinar un tono serio con uno cómico. Escriben informalmente cuando se requiere un tono formal.
Mantén el tono coherente en todo el documento, incluso en un libro de 300 páginas.
Añade ejemplos reales
Los lectores aman ejemplos de la vida real para explicar conceptos abstractos.
Si encuentras que tu escritura es demasiado abstracta, trata de pensar en cómo puedes relacionarla con la vida real. Tu lector te entenderá de inmediato.
Recuerda que si necesitas ayuda para dar una revisión más a tus escritos, puedes comunicarte conmigo.
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Aquí concluimos esta segunda parte. Para conocer la tercera parte de consejos, haz clic aquí.
Pero no sin antes escribir en los comentarios: ¿Cuáles consejos ya practicas?
No olvides compartirlos con alguien a quien le puedan servir. 😉