Si eres de los que no sabe por dónde empezar, en este artículo encontrarás más instrucciones para evaluar tus escritos como todo un corrector de estilo y editor de textos profesional.
Verás que de practicarlos de forma habitual, la calidad de tus textos mejorará notablemente. 😉
Usa frases cortas para enfatizar ideas
Las frases extremadamente cortas funcionan muy bien para martillar un solo punto.
Repasa tu escrito para encontrar los espacios donde puedes agregar una oración de hasta 6 palabras que concluya una sección del texto. Los lectores no se olvidarán de ese cierre.
No arruines los verbos con el sufijo equivocado
Anteriormente defendí la utilidad de los verbos fuertes. Esos que crean imágenes en las mentes de los lectores. Pero ten cuidado. Si los combinas con un gerundio, puedes matar su fuerza.
Por ejemplo, en lugar de decir: “Estuvieron corriendo a la escuela”, escribes: “Corrieron a la escuela”. ¿Notas la diferencia?
Evita en lo posible estos compuestos y logra grandes frases con el foco en la acción.
Ten cuidado con la jerga
Está bien usar jerga si estás hablando con una audiencia que la entiende. Pero si solo la usas como una forma de sobresalir o sugerir que sabes más que los lectores, es probable que pierdas su interés.
Si debes usar jerga con una audiencia general, explica cada término en el lenguaje cotidiano.
Repite elementos gramaticales para un efecto poético
Los grandes oradores saben que no tienes que crear una oración única cada vez. En realidad, la redundancia planificada puede crear un efecto poético en algunos casos.
Piensa en el discurso de Martin Luther King “Tengo un sueño”. La única razón por la que tiene ese título es porque King repitió esa frase muchas veces. Además, también repitió los elementos gramaticales subyacentes sin usar las palabras exactas. Esta sutil repetición es agradable para los lectores.
Por supuesto, no en todos los escritos suena bien. Eso depende del tipo de texto que se trate. Si tiene alto nivel de formalidad, es claro que será un desacierto.
Evita los clichés
Escribir de manera original es un trabajo duro.
Es mucho más fácil escribir algunas frases viejas y bien gastadas: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, “Están lloviendo gatos y perros” y “Él es el as en el agujero”.
Si usas clichés, te estás marcando como un escritor no original. Los buenos editores te verán a una milla de distancia (sí, eso es un cliché también).
Demuestra más de lo que dices
Un mantra clásico de la escritura: “Demuestra, no digas”. Nos recuerda que hay que dar a los lectores todos los detalles visuales, de sonido, tacto, olor y sensación.
Para ello, reemplaza oraciones como “Mi perro olía tan mal” por “Mi perro olía a un viejo calcetín sudoroso de gimnasio”.
Decir está bien a veces (así es como expresas argumentos explícitos), pero es mucho mejor dar detalles que ayuden a los lectores a transportarse a la escena y a sentir el texto lo más cercano posible.
Usa sinónimos de “dijo”
Para evitar la repetición en los diálogos de los personajes, el verbo más fácil de usar es “dijo.” Pero si nuestro rico idioma español nos brinda sinónimos como “señaló”, “gritó” o “aconsejó”, lo mejor es variar el formato y usar otros similares.
Elimina los tiempos verbales complicados
Evita los tiempos verbales complicados como: “Puede que hayan estado corriendo hacia el concierto”, “El perro habrá saltado antes de que llegue”.
Tal vez indiquen el tiempo exacto en el que ocurre la acción, pero son difíciles de procesar. Así que da preferencia a los tiempos simples.
Elige sustantivos fuertes
Así como algunos verbos son más fuertes en imágenes que otros, pasa lo mismo con los sustantivos.
Cuando te imaginas la palabra “perro”, puedes ver cualquier raza indefinida. Pero cuando te imaginas la palabra “pitbull”, ves en tu mente un perro muy específico.
Revisa tu escrito y busca sustantivos generales y reemplázalos con sustantivos específicos. Los sustantivos débiles también tienden a tener sufijos -ción, como nominalización, estandarización y recolección.
Quita las palabras que solo la reina de Inglaterra dice
Me imagino que la reina de Inglaterra dice cosas como “De ahora en adelante, haremos las cosas de manera diferente” o “Hay un caso, sin embargo, en el que se puede utilizar la propiedad antes mencionada.”
Sin dejar de respetar el tono y el estilo de tu pieza, trata de usar las palabras que empleas en una conversación familiar. Genera confianza y un vínculo con quien te lee, y no lo asustes con rebuscamientos y formalidades innecesarios.
Escribe principalmente en voz activa
Si hay un tema de gramática que debes aprender, es el de escribir en voz activa. Esta menciona al sujeto de una acción primero, el verbo en segundo lugar, y (opcionalmente) el receptor de la acción. Por ejemplo: “John lanzó la pelota”.
La voz pasiva es más complicada y hace que las oraciones sean más difíciles de leer. Un ejemplo: “La bola fue lanzada por John”. Se requieren más palabras y se pone al sujeto en último lugar. Un retraso innecesario.
Tómate el tiempo de revisar solamente la puntuación
Toma un libro de gramática y realiza una revisión rápida de las reglas básicas de puntuación antes de corregirlas. Fijarte en esos pequeños problemas desarrolla tu ojo para percibir los detalles y hará felices a los que te lean.
Cambia los fragmentos por oraciones completas
Puede ser que hayas dejado oraciones incompletas sin que lo hayas notado. Así que revisa tu escrito cuidadosamente y asegúrate de que todas tus oraciones contienen los elementos necesarios para que sean unidades con sentido.
Como ves, en los escritos online la cosa es distinta. Esta y otras reglas se rompen a propósito con el fin de que la lectura sea mucho más fluida. Pero solo se trata de una excepción por causa de que los lectores en internet escanean en lugar de leer.
Añade conectores entre oraciones
En algunos escritos, las oraciones son islas por sí solas. Carecen de “puentes” que las enlacen.
Una técnica para hacer más legibles tus textos es añadir conectores que las unan de forma lógica. Lo cual también aumentará la fluidez de la lectura.
Elimina las metáforas excesivas
Las metáforas pueden ser grandes dispositivos para explicar ideas abstractas. Pero también pueden sonar terriblemente mal si se abusa de ellas en una misma oración.
Por ejemplo: “El chef se paró en el umbral del éxito, pero el crítico de alimentos aplastó su montaña de sueños”. Se siente un poco cargado, ¿no crees?
Emplea las metáforas con mesura y solo si resuenan con tu audiencia.
Varía las palabras de rutina
Aunque no lo hayas notado, puede ser que estés usando las mismas 10 palabras una y otra vez. Para corregirlo, puedes hacer un par de cosas.
En primer lugar, toma un diccionario de sinónimos y empieza a aprender palabras similares a tu conjunto común. Úsalos tan a menudo como sea posible.
Otra opción es entrenar tu cerebro con juegos como los de Lumosity.com, donde hay uno particularmente bueno llamado Word Bubbles. Consiste en formar tantas palabras como sea posible de solo una o dos letras, en 60 segundos. Así, te obliga a explorar los recovecos de tu mente para encontrar esas palabras interesantes que se esconden allí, a la espera de ser liberadas.
Considera tu posición en el debate sobre “ellos”
Un gran debate para los editores de hoy es sobre el uso de ellos cuando se refiere a sustantivos singulares. En la conversación, muchas personas se refieren a un hombre o una mujer como ellos, lo cual no tiene sentido gramatical.
Reordena las oraciones
Si un párrafo parece desenfocado, una solución simple podría ser reordenar las oraciones. Eso ayuda a que las ideas fluyan. Tal vez encuentres que la oración temática del párrafo está oculta en el centro o al final.
Busca las palabras dobles
Las palabras dobles aparecen de vez en cuando en los borradores: el el, en en, a a. Un error de dedo muy común.
Si estás revisando un libro, puedes usar el autocorrector de Word para corregirlo. O bien, buscar combinaciones posibles usando el buscador.
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Estamos cerca de la recta final de este artículo. Ya solo nos falta la última parte.
Recuerda que si necesitas ayuda profesional de un corrector de estilo, solo tienes que enviarme un mensaje.
¿Hay en tu mente algún problema de edición que no he mencionado hasta ahora? ¿Cuáles crees que serán los últimos veinte consejos? Compártelos en comentarios. 😉
2 comentarios en «100 consejos de edición y corrección para escritores – Parte 4»
Excelente pagina, muy buenos tips sigue así.
¡Saludos!
¡Muchas gracias, Damariz, por tu comentario!
¡Saludos y un abrazo! 😉