100 consejos de edición y corrección para escritores – Parte 5

Guía para corregir tus propios textos

¿Qué te ha parecido hasta ahora esta guía para corregir tus propios textos?

Has llegado a la última parte y con ello, tendrás 100 geniales ideas para facilitar tu proceso de corrección. Los que aquí menciono se aplican, particularmente, a los documentos de investigación, como ensayos o tesis.

Ya luego me cuentas si cumplieron tus expectativas. Vamos a ello. 

Busca inconsistencias de formato

¿Están todos los párrafos a la izquierda? ¿Solo algunos inician con sangría?

¿Pones los párrafos al ras del encabezado o añades un espacio de por medio?

Al centrarnos tanto en las palabras, a veces nos olvidamos de dar consistencia al formato en todo el documento.

Comprueba si las comillas están completas

Revisa que todas las comillas estén completas porque es probable que en algún caso se te haya escapado una de las dos. 

Revisa que los encabezados tengan el nivel correcto

Para que todos los títulos aparezcan en la jerarquía correcta dentro de la tabla de contenidos, insértala y revisa si todos tienen la etiqueta correcta según el nivel correspondiente.

Asimismo, corrobora que tienen el formato respectivo: negritas, sangría, itálicas, tamaño de fuente y color. 

Inserta títulos a los gráficos, diagramas y tablas

Añade el título automatizado a cada tabla y figura para que todas aparezcan en sus respectivos índices. 

Sé consistente con las mayúsculas

Con base en la guía de estilo que uses, define desde el principio en cuáles palabras pondrás mayúscula inicial para que respetes ese criterio cada vez que las menciones en el texto. 

Revisa los errores que marca el autocorrector

Es verdad que a veces el autocorrector marca ciertas palabras como mal escritas cuando no es así, pero es importante hacer un chequeo. Puede ser que haya alguna en la que sí hayas fallado. 

Instrucciones para corregir tus propios textos

Echa un vistazo a las tablas

Cuando estás tan centrado en corregir el texto, es probable que pases por alto las tablas. Echa un vistazo a sus títulos, descripciones y fuentes para asegurarte que citaste de forma correcta y que todo está en orden. Asimismo, comprueba que todas tienen el mismo diseño. 

Verifica la precisión de los datos

Vuelve al documento y busca fechas, nombres, estadísticas y demás datos duros para compararlos con la fuente original. Las cifras siempre tienen que ser exactas.

Sé consistente con el uso de guiones

En algunas guías de estilo, se pide reemplazar el guion largo por dos guiones cortos. Trata de verificar que en todos los casos respetas el mismo estilo. Si lo insertas en el buscador, te será más fácil encontrar todas las veces que lo usaste en el documento. 

Coteja las citas con la fuente original

En el proceso de escribir las palabras de otras personas, es fácil cometer un error. Vuelve a la fuente original y comprueba las citas textuales palabra por palabra.

No querrás hacer una mala representación de lo dicho.

Comprueba que todas las referencias están en la lista

Si estás escribiendo un documento académico, es probable que decidas quitar una o dos citaciones a medida que avanzas, pero que olvides remover las fuentes de la lista de referencias.

Revisa la lista y asegúrate de que incluiste todas las fuentes que citaste en las referencias y añade las que estén en el documento, pero que no insertaste en la lista. 

Evalúa el porcentaje de plagio

Si te estás refiriendo al trabajo de otras personas, especialmente a las publicaciones de otros blogs, artículos o libros, asegúrate de no copiar ni siquiera una frase sin mencionar al autor. 

Para asegurarte de que insertaste las citas textuales de forma correcta, puedes valerte de herramientas como Copyleaks, que escanean tu documento y lo comparan con miles de publicaciones en cuestión de minutos para arrojarte un informe completo del porcentaje de plagio que contiene. 

Revisa el contenido y estilo de tus referencias

Asegúrate de que los nombres, los títulos y las fechas son correctos. De que incluyes todos los datos respectivos, según el tipo de fuente que se trate. También revisa los signos de puntuación, las páginas y las URL mencionadas. 

Verifica el formato en cada sección

Cada vez que cambias de sección, suele haber errores en la numeración, el área del encabezado, los márgenes, etc. Salta de una sección a otra para verificar que todas respetan el mismo formato. 

Cambia el tipo de letra

Esto te permitirá visualizar las líneas de una forma distinta para ver los errores que habían  pasado desapercibidos. 

Lee el documento en un formato diferente

Si estás en Word, cámbialo a PDF. Si estás corrigiendo en computadora, léelo en celular o tablet. Te sorprenderás lo diferente que se verá el texto ante tus ojos.

Imprime tu escrito y léelo en papel

Tenerlo en papel te ayuda a leer con mayor detenimiento. Y por ende, a encontrar los fallos que no habías visto antes. Además, puedes leerlo incluso si estás acostado, cosa que es súper cómoda. Solo ten cuidado de no quedarte dormido. 😜

Cómo corregir tus propios textos

Cambia el ambiente de trabajo

Verás lo mucho que cambia tu percepción cuando te mueves de lugar. Si no quieres salir de casa, puedes simplemente cambiar de habitación.

Deja que otra persona lo lea también

La opinión de las otras personas cuenta y mucho. Un lector objetivo se dará cuenta de lo que tú no has visto y te podrá decir si ha logrado entender el mensaje que querías transmitir

Asegúrate de no estar cansado

Tus ojos y cerebro cansados no podrán identificar los errores de redacción y de coherencia. Para ello, tu mente debe estar muy despierta. Así que no dejes la etapa de corrección para las últimas horas del día. Procura estar lo más fresco posible. 

Hemos concluido esta guía para corregir tus propios textos

Aquí llegamos al final de esta lista que parecía interminable. Ahora tu ojo de editor se ha agudizado mucho más, ¿no crees?

No hay por qué rehuirle a la tarea de corregir si entiendes el gran sentido que tiene hacerlo y lo satisfactorios que serán los resultados.

Así que, no lo pienses más. Ve por tus borradores y aniquila los errores que disminuyen la claridad en tus textos.

Y si aún sigues pensando que son demasiadas detalles que revisar, no quieres que se te escape ninguno, o simplemente no tienes tiempo para corregir minuciosamente tus escritos, no tienes por qué hacerlo solo. Yo puedo hacer esta labor por ti. Mira lo que te ofrezco y contáctame

Pero antes… cuéntame qué te ha dejado este mega artículo (espero hayas leído las cinco partes) 😁

100 consejos de edición y corrección para escritores – Parte 4

Corrección de estilo y edición de textos

Si eres de los que no sabe por dónde empezar, en este artículo encontrarás más instrucciones para evaluar tus escritos como todo un corrector de estilo y editor de textos profesional.

Verás que de practicarlos de forma habitual, la calidad de tus textos mejorará notablemente. 😉

Usa frases cortas para enfatizar ideas

Las frases extremadamente cortas funcionan muy bien para martillar un solo punto.

Repasa tu escrito para encontrar los espacios donde puedes agregar una oración de hasta 6 palabras que concluya una sección del texto. Los lectores no se olvidarán de ese cierre.

Corregir como un corrector de estilo y editor de textos profesional

No arruines los verbos con el sufijo equivocado

Anteriormente defendí la utilidad de los verbos fuertes. Esos que crean imágenes en las mentes de los lectores. Pero ten cuidado. Si los combinas con un gerundio, puedes matar su fuerza.

Por ejemplo, en lugar de decir: “Estuvieron corriendo a la escuela”, escribes: “Corrieron a la escuela”. ¿Notas la diferencia?

Evita en lo posible estos compuestos y logra grandes frases con el foco en la acción.

Ten cuidado con la jerga

Está bien usar jerga si estás hablando con una audiencia que la entiende. Pero si solo la usas como una forma de sobresalir o sugerir que sabes más que los lectores, es probable que pierdas su interés.

Si debes usar jerga con una audiencia general, explica cada término en el lenguaje cotidiano.

Repite elementos gramaticales para un efecto poético

Los grandes oradores saben que no tienes que crear una oración única cada vez. En realidad, la redundancia planificada puede crear un efecto poético en algunos casos.

Piensa en el discurso de Martin Luther King «Tengo un sueño». La única razón por la que tiene ese título es porque King repitió esa frase muchas veces. Además, también repitió los elementos gramaticales subyacentes sin usar las palabras exactas. Esta sutil repetición es agradable para los lectores.

Por supuesto, no en todos los escritos suena bien. Eso depende del tipo de texto que se trate. Si tiene alto nivel de formalidad, es claro que será un desacierto.

Evita los clichés

Escribir de manera original es un trabajo duro.

Es mucho más fácil escribir algunas frases viejas y bien gastadas: «Más vale pájaro en mano que ciento volando», «Están lloviendo gatos y perros» y «Él es el as en el agujero».

Si usas clichés, te estás marcando como un escritor no original. Los buenos editores te verán a una milla de distancia (sí, eso es un cliché también).

Consejos para editar un escrito

Demuestra más de lo que dices

Un mantra clásico de la escritura: «Demuestra, no digas». Nos recuerda que hay que dar a los lectores todos los detalles visuales, de sonido, tacto, olor y sensación.

Para ello, reemplaza oraciones como «Mi perro olía tan mal» por «Mi perro olía a un viejo calcetín sudoroso de gimnasio».

Decir está bien a veces (así es como expresas argumentos explícitos), pero es mucho mejor dar detalles que ayuden a los lectores a transportarse a la escena y a sentir el texto lo más cercano posible.

Usa sinónimos de «dijo»

Para evitar la repetición en los diálogos de los personajes, el verbo más fácil de usar es «dijo.» Pero si nuestro rico idioma español nos brinda sinónimos como «señaló», «gritó» o «aconsejó», lo mejor es variar el formato y usar otros similares.

Elimina los tiempos verbales complicados

Evita los tiempos verbales complicados como: «Puede que hayan estado corriendo hacia el concierto», «El perro habrá saltado antes de que llegue».

Tal vez indiquen el tiempo exacto en el que ocurre la acción, pero son difíciles de procesar. Así que da preferencia a los tiempos simples.

Elige sustantivos fuertes

Así como algunos verbos son más fuertes en imágenes que otros, pasa lo mismo con los sustantivos.

Cuando te imaginas la palabra «perro», puedes ver cualquier raza indefinida. Pero cuando te imaginas la palabra «pitbull», ves en tu mente un perro muy específico.

Revisa tu escrito y busca sustantivos generales y reemplázalos con sustantivos específicos. Los sustantivos débiles también tienden a tener sufijos -ción, como nominalización, estandarización y recolección.

Quita las palabras que solo la reina de Inglaterra dice

Me imagino que la reina de Inglaterra dice cosas como «De ahora en adelante, haremos las cosas de manera diferente» o «Hay un caso, sin embargo, en el que se puede utilizar la propiedad antes mencionada.»

Sin dejar de respetar el tono y el estilo de tu pieza, trata de usar las palabras que empleas en una conversación familiar. Genera confianza y un vínculo con quien te lee, y no lo asustes con rebuscamientos y formalidades innecesarios.

Escribe principalmente en voz activa

Si hay un tema de gramática que debes aprender, es el de escribir en voz activa. Esta menciona al sujeto de una acción primero, el verbo en segundo lugar, y (opcionalmente) el receptor de la acción. Por ejemplo: «John lanzó la pelota».

La voz pasiva es más complicada y hace que las oraciones sean más difíciles de leer. Un ejemplo: «La bola fue lanzada por John». Se requieren más palabras y se pone al sujeto en último lugar. Un retraso innecesario.

Cómo corregir el estilo de un texto

Tómate el tiempo de revisar solamente la puntuación

Toma un libro de gramática y realiza una revisión rápida de las reglas básicas de puntuación antes de corregirlas. Fijarte en esos pequeños problemas desarrolla tu ojo para percibir los detalles y hará felices a los que te lean.

Cambia los fragmentos por oraciones completas

Puede ser que hayas dejado oraciones incompletas sin que lo hayas notado. Así que revisa tu escrito cuidadosamente y asegúrate de que todas tus oraciones contienen los elementos necesarios para que sean unidades con sentido.

Como ves, en los escritos online la cosa es distinta. Esta y otras reglas se rompen a propósito con el fin de que la lectura sea mucho más fluida. Pero solo se trata de una excepción por causa de que los lectores en internet escanean en lugar de leer.

Añade conectores entre oraciones

En algunos escritos, las oraciones son islas por sí solas. Carecen de «puentes» que las enlacen.

Una técnica para hacer más legibles tus textos es añadir conectores que las unan de forma lógica. Lo cual también aumentará la fluidez de la lectura.

Elimina las metáforas excesivas

Las metáforas pueden ser grandes dispositivos para explicar ideas abstractas. Pero también pueden sonar terriblemente mal si se abusa de ellas en una misma oración.

Por ejemplo: «El chef se paró en el umbral del éxito, pero el crítico de alimentos aplastó su montaña de sueños». Se siente un poco cargado, ¿no crees?

Emplea las metáforas con mesura y solo si resuenan con tu audiencia.

Varía las palabras de rutina

Aunque no lo hayas notado, puede ser que estés usando las mismas 10 palabras una y otra vez. Para corregirlo, puedes hacer un par de cosas.

En primer lugar, toma un diccionario de sinónimos y empieza a aprender palabras similares a tu conjunto común. Úsalos tan a menudo como sea posible.

Otra opción es entrenar tu cerebro con juegos como los de Lumosity.com, donde hay uno particularmente bueno llamado Word Bubbles. Consiste en formar tantas palabras como sea posible de solo una o dos letras, en 60 segundos. Así, te obliga a explorar los recovecos de tu mente para encontrar esas palabras interesantes que se esconden allí, a la espera de ser liberadas.

Consejos de un editor de textos profesional

Considera tu posición en el debate sobre «ellos»

Un gran debate para los editores de hoy es sobre el uso de ellos cuando se refiere a sustantivos singulares. En la conversación, muchas personas se refieren a un hombre o una mujer como ellos, lo cual no tiene sentido gramatical.

Reordena las oraciones

Si un párrafo parece desenfocado, una solución simple podría ser reordenar las oraciones. Eso ayuda a que las ideas fluyan. Tal vez encuentres que la oración temática del párrafo está oculta en el centro o al final.

Busca las palabras dobles

Las palabras dobles aparecen de vez en cuando en los borradores: el el, en en, a a. Un error de dedo muy común.

Si estás revisando un libro, puedes usar el autocorrector de Word para corregirlo. O bien, buscar combinaciones posibles usando el buscador.

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Estamos cerca de la recta final de este artículo. Ya solo nos falta la última parte.

Recuerda que si necesitas ayuda profesional de un corrector de estilo, solo tienes que enviarme un mensaje. 

¿Hay en tu mente algún problema de edición que no he mencionado hasta ahora? ¿Cuáles crees que serán los últimos veinte consejos? Compártelos en comentarios. 😉

100 consejos de edición y corrección para escritores – Parte 3

Consejos para corregir y editar un texto

Continuamos con los siguientes 20 consejos para editar y corregir un texto.

Si has practicado los cuarenta anteriores, seguramente tus habilidades de corrección y edición han mejorado muchísimo.

Así que ha llegado el momento de que sigas avanzando en ello.

Asegúrate de tener pruebas de tus argumentos

Los escritos académicos deben contener argumentos. Presentar hechos con evidencias de fuentes creíbles.

Asegúrate de que es convincente lo que mencionas. De lo contrario, deberás corregir tu redacción y añadir datos relevantes que fortalezcan tus argumentos.

Sintoniza bien tus argumentos reconociendo la postura contraria

Si estás escribiendo una pieza argumentativa, es importante reconocer las ideas que defiende la postura contraria. Esto te permite entenderla mejor para afinar tus propios argumentos.

Agrupa los bloques que aborden el mismo tema

En tu escritura, es fácil perder la pista de cuándo y dónde dijiste algo.

Especialmente en los documentos largos, es probable que hayas repetido varias veces una misma idea en secciones distintas. Asegúrate de reunirlas todas en el mismo bloque.

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Ahora pasemos al micro nivel de edición: las oraciones y las palabras.

Elimina los verbos muertos

Los verbos son las palabras más importantes en una oración, pero es común que usemos verbos muertos. Esos que no tienen movimiento.

Los verbos muertos más comunes son las diversas formas de «ser»: es, son, era, eran.

¿Qué imágenes o acciones traen a la mente las variaciones del verbo ser? Ninguna.

Siempre requieren más palabras para crear significado, por lo que son intrínsecamente verbales. Cuando sea posible, reemplaza los verbos muertos por verbos que sí implican una actividad: correr, golpear, caminar, tirar, etc.

Corrige la redundancia

Vuelve a través de tu borrador y mira si puedes eliminar palabras, frases e incluso oraciones completas para reforzar tu escritura. Esto hace la vida más fácil para el lector porque llega a la idea central más rápido.

A veces la redundancia es tan pequeña en frases como «con el fin de» o «el hecho de que». O se presenta en casos como: «el tablero es largo en tamaño» (si se dice que es largo, no hay necesidad de «en tamaño»).

Elimina adverbios excesivos

Los adverbios modifican los verbos y son útiles, pero los escritores principiantes suelen excederse al usarlos en un intento ingenuo de descripción.

Recuerda que al encontrar adverbios, el lector debe relacionarlos con el significado del verbo. Hecho con demasiada frecuencia, este proceso se vuelve mentalmente molesto. Así que usa los adverbios con moderación.

Quita los adjetivos salpicados

Así como con los adverbios, los adjetivos en exceso molestan a los lectores también.

Algunos escritores tienden a pimentar sus textos por todas partes con infinidad de adjetivos, pensando que las oraciones sonarán más atractivas.

Lo mejor es usar adjetivos solo cuando sea estrictamente necesario.

Convierte los estados negativos en positivos

Trata de evitar las declaraciones negativas y transfórmalas en un formato positivo. Por ejemplo: «No estaba disponible hasta septiembre» por «Voy a estar disponible a partir de septiembre».

Enfoca tus párrafos

Muchos borradores contienen párrafos sin foco. Cada frase sucesiva está en un tema diferente y los lectores encuentran esto difícil de seguir.

Las oraciones que conforman un párrafo deben referirse a una idea principal, la cual suele expresarse al inicio. Puede ser útil asociarla con una sola palabra, escribirla junto al párrafo y examinar cada oración para validar que encaja con esa idea. Si no es así, quítala y colócala en un párrafo más apropiado (o inicia uno completamente nuevo).

Acorta las oraciones lo más que puedas

En términos generales, las oraciones largas son las más difíciles de procesar para los lectores. Usarlas ocasionalmente está bien, pero una sucesión de ellas provoca pesadez. Emplea frases de menos de 15 palabras y muy probablemente lograrás mayor claridad.

Asegúrate de que la mayoría de las oraciones tengan una sola idea

Los lectores no pueden procesar muchas ideas simultáneamente. Por eso es mejor tener solo una idea por oración. Hazlo simple.

Comprueba que los tiempos verbales son consistentes

Algunos escritores tienen un problema con los cambios en los tiempos verbales. Un segundo están escribiendo en el tiempo presente y al siguiente, escriben en el pasado.

Puede llegar a ser un reto porque tal vez quieran crear un sentido de la acción actual sobre un evento pasado.

Como resultado, el escritor se mueve incorrectamente hacia adelante y hacia atrás entre los tiempos, ya que permanecer en uno requiere concentración mental fuerte.

Revisa que haya concordancia en los tiempos que manejes.

Busca homófonos

Los homófonos son palabras que suenan igual pero se escriben diferente.

Cuando estamos escribiendo, es fácil para nuestros dedos escupir uno cuando nos referimos al otro.

Estudia varias de estas palabras y ten cuidado con ellas cuando escribas.

Comprueba la ortografía de los nombres

Un error común que aparece en la fase de corrección es la escritura incorrecta de los nombres. Lo escribes de una manera al principio y de otra más adelante.

Vuelve y revisa los nombres para asegurarte de que son correctos y coherentes en todo el documento.

Preferir las paráfrasis

Si incluyes una cita como «En el tercer trimestre, los ingresos subieron un 36% respecto al último trimestre», mejor parafrasea.

Esta es una cita aburrida, y las citas deben reservarse para el lenguaje fascinante.

Asegúrate de que los personajes hablen

Cualquiera que sea la prosa que estés escribiendo, ya sea una novela, un guion o un trabajo académico, asegúrate de insertar algún diálogo.

Utiliza citas fascinantes o lo que sea necesario para dar vida a los personajes. Los lectores quieren oír no solo la voz del escritor, sino también la voz de otras personas.

Convierte el lenguaje general en un lenguaje específico

A los lectores les encantan los detalles.

Si te encuentras escribiendo generalidades todo el tiempo («Él era un buen hombre» o «El tiempo era muy bueno ese verano»), para y reformula tu lenguaje.

Proporciona detalles específicos: ¿Qué hace que el hombre sea agradable? ¿Cómo era el clima ese verano?

Usa sustantivos con más frecuencia que los pronombres

Para evitar la repetición, los escritores suelen recurrir a los pronombres personales. El problema surge cuando los usan en exceso.

Por ejemplo, si describes a dos personas distintas en un párrafo y luego mencionas el pronombre «él» (como en «él dejó la habitación»), el lector se confunde.

El uso de sustantivos tanto como sea posible (sin exagerar) elimina tal confusión.

Varía la longitud de las oraciones

¿Alguna vez has escuchado a un orador monótono?

Bueno, esa es la sensación que tienen los lectores cuando todas tus oraciones tiene la misma longitud. Los buenos escritores mezclan la longitud de sus oraciones para mantener lejos la monotonía.

Utiliza frases largas para los sueños y momentos emocionales

Las oraciones que sí conviene alargar son las que incluyen sueños y momentos emocionales.

Los sueños y momentos emocionales se leen bien en frases largas. Cómo es exactamente lo que sienten: largo, fluido e indeterminado.

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Aquí terminamos los primeros 60 consejos para editar y corregir un texto.

¿Qué te han parecido? ¿Ya practicabas algunos? ¿Qué errores en tu escritura has logrado corregir y cuáles son los que más problemas te causan?

Hay mucho que contar en los comentarios. 😉

100 Consejos de edición y corrección para escritores – Parte 2

Cómo editar y corregir un escrito

Hemos llegado a la segunda parte de este artículo sobre cómo editar y corregir un escrito.

Espero que hayas puesto mucha atención a la primera.

Admite que ya querías seguir leyendo esta lista enorme de consejos. Estoy segura de que te serán muy útiles.

Y como yo también estoy ansiosa por compartírtelos, ¡comencemos!

Te prometo que no te aburrirás para nada.

Revisa cuántas veces aparece el error

Un error específico puede repetirse a lo largo del documento, por lo que para erradicarlo completamente, es mejor que escribas esa palabra o frase en el buscador y la corrijas todas las veces que aparezca.

Edita en la pantalla y luego revisa en papel

Una pantalla de computadora presenta una barrera para la corrección de textos.

Por alguna razón, nuestros ojos y cerebro no notan tan bien las letras y palabras en la pantalla, pero en la página impresa, los errores sí saltan a la vista.

Ya que es muy complicado hacer todo el trabajo de corrección en papel, lo mejor es realizar solo la última ronda de ese modo para visualizar las fallas que se escaparon de tu vista en la computadora.

Lee tus oraciones en orden inverso

La captura de errores puede ser un reto si ya has leído el documento varias veces. Eso es porque tu mente anticipa lo que viene a continuación.

Un truco para encontrar una nueva perspectiva y ver las oraciones nuevamente es invertir el orden: lee la última oración primero, luego la penúltima y así sucesivamente.

Revisa tus frases lentamente

Al corregir, hay una tendencia a precipitarse cuando sientes que estás cerca de terminar, pero ese es un error. A pesar de que vislumbras el final, es importante leer lentamente.

Eso significa ver cada palabra, digerir cada oración. Considera revisar las líneas dos veces para estar seguro porque cuando tu vista y tu cerebro están cansados, los errores tienden a escabullirse.

Busca un tipo de fallo a la vez

No corrijas intentando encontrar todos los errores a la primera. Es difícil para el cerebro recordar una larga lista de categorías de equivocaciones mientras vas leyendo.

En su lugar, haz varias rondas de revisión al documento. Por ejemplo, podrías elegir revisar solo errores gramaticales, de puntuación o de formato.

Este enfoque mantiene tu mente orientada. Si buscas cada error posible en un paso, es más probable que pases desapercibidos varios de ellos.

Comienza con los asuntos grandes

Evita revisar la ortografía o cambiar las oraciones al comienzo del proceso de edición.

Esos micro aspectos de la escritura se deben repasar solamente después de que hayas tomado cuidado de la materia grande.

Las cosas grandes pueden ser la trama, la caracterización, el argumento, el orden, etc.

¿Por qué gastar tiempo con una palabra mal escrita cuando puedes terminar eliminando el párrafo o reformulándolo completamente?

Las notas de pie de página también necesitan amor

En trabajos académicos, como una tesis, las notas de pie de página y las notas finales se desvían al fondo de la página o al final del documento.

¿Alguien realmente las lee?

Es probable que solo los especialistas más hardcore les pongan cuidado, por eso es suficiente asegurarse de que están correctamente escritas.

Dado el tamaño de fuente pequeño (normalmente 9 o 10 puntos), pueden ser difíciles de corregir, así que lo ideal hacer zoom al documento para ver las letras más grandes.

Haz una lista de elementos para revisar

Esta es una larga lista de consejos y seguramente olvidarás muchos de ellos durante el proceso de edición.

Por ello es importante tener una lista de elementos a verificar. Cuando los vayas comprobando, añade una marca para destacar los que has comprobado, de modo que no se te escape ninguno.

Desactivar la justificación

Al editar y corregir, desactiva la función de justificación en tu procesador de textos, ya que te impide ver los espacios que están de sobra ni las líneas como entidades únicas con longitudes únicas.

Utilizar una regla para corregir

Nuestros ojos a veces pierden la pista de dónde estamos en la página, y vemos otras frases en nuestro campo visual. Es entonces cuando es útil usar una regla.

Colócala debajo de la oración que estás corrigiendo para que tengas un enfoque perfecto en esas palabras.

Prueba con un software diferente al editar

Microsoft Word es un procesador de texto estable y clásico. Pero tal vez necesitas ver tu documento en una luz diferente. Es entonces cuando un procesador de texto no lineal es útil.

El mejor es Scrivener. Scrivener te permite escribir en trozos y luego mover los trozos en torno a un mejor orden, lo cual es ideal para la edición de grandes cuadros. Y esto es solo una de sus muchas características.

Lee de nuevo tus cambios

Lo peor que puedes hacer cuando escribes cambios de edición o corrección es agregar nuevos errores.

Por lo general, estos son errores tipográficos que se producen cuando nuestros dedos pulsan las teclas equivocadas. Si no tenemos cuidado, podemos pasar al siguiente cambio sin notar el nuevo error.

Lee sílabas, no palabras

Las palabras más largas tienen tres o cuatro sílabas.

Es fácil para tus ojos saltarte algunas, comprimiendo la palabra, y pasar desapercibidos algunos errores (por ejemplo, una letra en el centro de la palabra).

Entonces, en las palabras más largas, ralentiza y lee cada sílaba. De esa manera verás si todas están correctas.

Estas sugerencias de nivel macro te ayudan a conseguir una escritura ordenada antes de asistir a los detalles más finos.

Indica la ubicación desde el principio

En la escritura de ficción, hay un concepto de localización.

Asegúrate de que tus historias ubican al lector inmediatamente: indícales dónde están los personajes. Si estos empiezan a hablar sin contexto de localización, el lector se sentirá confundido.

Es lo mismo con la escritura académica. La gente quiere saber el propósito del escrito con bastante rapidez. Bríndaselo de inmediato.

Sé cuidadoso con la introducción

Con casi cualquier introducción en cualquier tipo de escritos, es necesario atraer al lector de inmediato.

Si encuentras que tus introducciones son de las que se desarrollan gradualmente en el tema, dibuja al lector una declaración provocativa en la primera oración o dos.

Investiga más

Al corregir un documento de investigación, puede ser que te encuentres con una sección que no está desarrollada por completo.

La salida fácil es decir al lector: «Para saber más, debe examinar X, Y o Z.» Pero ¿por qué no tratar esos tú mismo?

Es cierto que requerirá investigar más, pero vale la pena.

Asegúrate de que el documento tenga una columna vertebral

Una espina dorsal en la escritura es un elemento que unifica todos los párrafos del documento, es la espina dorsal que lo sostiene.

La columna vertebral podría ser un argumento en un trabajo académico o en una novela. Ayuda a decidir qué incluir y qué excluir.

Sin una espina dorsal, los documentos académicos y las novelas se convierten en colecciones aleatorias de la investigación y de argumentos.

Asegúrate de que todo lo que escribes está alineado y sostenido por la columna vertebral.

Elimina las partes que no funcionan

Recortar un escrito es desafiante porque a menudo nos aferramos a lo que hemos redactado.

Creemos que nuestro fraseo es grande o nuestras ideas no tienen precio. Pero los lectores objetivos pueden estar en desacuerdo.

No fuerces las frases o las ideas en tu escritura cuando no caben absolutamente en el argumento o la corriente del pensamiento. Elimínalos y considéralos la chispa para una nueva pieza.

Revisa si el tono es consistente

El tono es difícil de describir, pero está relacionado con tu enfoque como escritor.

Algunos escritores confunden a los lectores al combinar un tono serio con uno cómico. Escriben informalmente cuando se requiere un tono formal.

Mantén el tono coherente en todo el documento, incluso en un libro de 300 páginas.

Añade ejemplos reales

Los lectores aman ejemplos de la vida real para explicar conceptos abstractos.

Si encuentras que tu escritura es demasiado abstracta, trata de pensar en cómo puedes relacionarla con la vida real. Tu lector te entenderá de inmediato.

Recuerda que si necesitas ayuda para dar una revisión más a tus escritos, puedes comunicarte conmigo. 

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Aquí concluimos esta segunda parte. Para conocer la tercera parte de consejos, haz clic aquí. 

Pero no sin antes escribir en los comentarios: ¿Cuáles consejos ya practicas?

No olvides compartirlos con alguien a quien le puedan servir. 😉

¿Por qué es importante contar con la ayuda de un corrector de textos?

Por qué contratar a un corrector de textos

Tal vez pienses que contratar a un corrector de textos es un gasto innecesario. Que su función bien se puede reemplazar con el autocorrector de Word o con alguna herramienta de esas.

Y sí. Habrá errores que puedas desaparecer de ese modo, pero habrá otros que no. Por lo que si quieres transmitir una imagen profesional e impecable, no te puedes dar el lujo de arriesgarte a que eso ocurra.

No cuando se trata de reputación. De una imagen que conlleva mucho esfuerzo construir y que con un error ortográfico o gramatical puedes derrumbar en un instante.

Créeme. Vale la pena cuidar tus comunicaciones, porque ellas transmitirán la primera impresión a tus lectores. Y si esta incluye errores, puede ser que dicha imagen sea imborrable.

De eso y otras razones más te hablo en este artículo. Ya me cuentas si te convencí de lo importante que es contar con la ayuda de un corrector de estilo.

Beneficios de contratar a un corrector de textos

¿Qué te viene a la mente cuando te encuentras un error gramatical?

En mi caso, no puedo evitar pensar que el autor es una persona descuidada. De hecho, difícilmente olvido un evento así por la sensación desagradable que me causa.

Tal vez digas que exagero y que se debe a que me la paso encontrando y corrigiendo errores todo el día. Lo que tal vez influya un poco.

Pero vamos, ¿me vas a decir que tú lo pasas por alto y sigues como si nada? ¿Y qué si se trata de una marca grande o de un profesional reconocido? ¿No te provoca ni un poquito de desconcierto?

La verdad es que lo dudo.

Un error en la escritura es como una mancha indeleble que difícilmente se borra del pensamiento.

Es innegable que existe una estrecha relación entre esas faltas y la percepción que tenemos del autor o de la compañía que lo redactó.

De ahí que antes de publicar cualquier texto, llámese pieza literaria, trabajo de investigación, correo electrónico, post en redes sociales, artículo de blog o cualquier otro escrito, es de suma importancia que lo revises cuidadosamente.

Por qué es importante contratar a un corrector de estilo

Más vale invertir tiempo o dinero en ello que pagar las duras consecuencias después.

Corregir tus escritos no solo favorece la comunicación precisa, sino que aumenta las probabilidades de que cumplas el objetivo que te has propuesto. 

Un corrector de estilo puede brindarte una perspectiva distinta que te permita mejorar tus textos también en términos de contenido y estructura.

En el caso de los documentos de alta complejidad, tener un par de ojos extra impedirá que se te escape hasta el más mínimo error que tú pudieras pasar desapercibido, ya sea por falta de conocimientos lingüísticos, de tiempo o simplemente por cansancio.

¿Puedo prescindir de un corrector de estilo?

Un corrector profesional está capacitado para examinar cuidadosamente cada pequeño detalle de un texto.

Cualquier error, por mínimo que sea, puede hacer un mundo de diferencia a la hora de ganarse la aprobación de tu audiencia.

Por ejemplo, si eres un graduando, ello puede determinar si te titulas o no.

Contar con la ayuda de un corrector no solo te dejará mucho más tiempo para llevar a cabo otras actividades, sino que también te hará sentir más tranquilo.

Los escritores deben tener en cuenta que el proceso de revisión no es simplemente la cereza del pastel, sino que es un ingrediente esencial del mismo.

Aunque sé que preferirías hacer este proceso por tu cuenta, un par de ojos calificados será muy provechoso.

¿Convencido de contratar a un corrector de textos?

La forma en que escribes proyecta, en gran medida, el tipo de personalidad que tienes. Si eres alguien meticuloso, por supuesto que tu escritura lo revelará.

¿Qué imagen deseas transmitir a tus lectores? Porque si tu redacción es mala y no te interesa que tu audiencia lo perciba, pues no requerirás esforzarte tanto con eso.

Pero no creo que este sea el caso de ninguno que quiera deleitar e impresionar con sus escritos.

En definitiva, el impacto que generes en los lectores está totalmente determinado por la calidad de la redacción. Qué tan bien escrita esté la pieza influirá en su aceptación o su rechazo.

Si aún no estás convencido de esto, me atrevo a decir que solo hasta que te beneficies de un servicio de corrección profesional, estarás plenamente consciente de su importancia. Así que no te quedes con la duda y envíame un mensaje. 😉

¿Qué opinas sobre esto? Te leo en comentarios.

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